Hace
dos años empecé a bailar por aquí, sin importarme si me sabia los pasos, sin
importarme cruzarme con los demás.
La
vida tiene sus caprichos y me devolvió al escenario de mi primer texto del blog,
para celebrar su segundo aniversario, que por cierto desconocía.
Dolor
era lo que había en ese escenario hace mas de dos años, esta vez estaba Dolores, una gran dama
de 90 años a mi lado, separados por el biombo, sola muy sola, pero sabia muy
sabia, lucida muy lucida.
Su
sonrisa es angelical, sus palabras demoledoras, su fortaleza ejemplar, su
soledad infinita.
El
tiempo transcurre a otro ritmo allí, no sabría decir si es más rápido o más
lento, es otro ritmo.
El
sol y la luna son unas barras fluorescentes que se encienden y se apagan.
Si
tienes la suerte de caminar erguido el dolor te deja pensar, sentir, proyectar,
idear y sobre todo sonreír a Dolores.
Pasaron
muchas ideas para plasmar por aquí, pero estoy cansado de palabrería, hemos
llegado a un mundo donde las palabras están siendo enterradas, maltratadas,
vejadas…
Ya
solo valen los hechos y el único hecho que nos puede salvar de esta deshumanización
que estamos sufriendo, es el amor.
Como nadie cree en las palabras, permitirme
deciros que sonriáis a Dolores y la beséis.
Gracias Dolores.