miércoles, 31 de agosto de 2011

Cuando los sueños aparecen


Caminamos por la vida, cerrados, sin mirar mas allá de lo que podemos ver

Caminamos observando todo lo que nos rodea, sin mirar hacia nosotros

Caminamos con botas, sin sentir nuestros pasos

Cuando los sueños aparecen vemos mas allá

Cuando los sueños aparecen te pueden retorcer la espalda

Cuando los sueños aparecen los pies acarician la arena

Cuando los sueños aparecen caminamos despiertos.

martes, 23 de agosto de 2011

Abrázame

Hacia tiempo que no me plantaba en frente de la “hoja en blanco”, miento la he tenido enfrente en alguna ocasión, pero no he sido capaz de traspasarla.

Pasó la primavera, llego el verano y me atocinó como todos los cambios de estación, la entrada del verano suele ser la “hostia” mas grande para mi físico que parece ser del norte, si debo ser de Bilbo porque los de Bilbao nacemos donde nos sale de los cojones. En un verano normal ese cambio lo asimilo rápido a base de kilómetros, sudor, plazas mayores, plazas de toros, plazas de pueblos, auditorios, palacios de deportes, polideportivos, recintos feriales, de fiesta en fiesta mezclando bombos, cajas, charles y demas.

 Este verano esta siendo diferente, como no podía ser menos en este intrigante 2011. Estos ultimos días, tumbado en la cama, escuchando las fiestas del pueblo donde vivo, con el cuerpo magullado, la rodilla maltrecha, por una caída de una yegua, con 40 euros en el banco, sin trabajo, sin poder trabajar, sin nadie, ni siquiera estaba Jane, las copas de los sueños se vaciaron.

Maltrecho y sin sueños me sentía bien, porque esta primavera me enseñaron a sonreír, si miraba a los lados todo era un desastre, así que decidí mirar al frente y sonreír, mimar la rodilla era lo único que podía hacer, mimando la rodilla llego un cobro, un alivio al que sonreí, la seguí mimando llego Jane, volví a sonreír, ya podía salir a la calle.

En estos días de reposo obligado han pasado muchas cosas por mi cabeza, por mi corazón. Esta siendo un verano extraño, poco trabajo, poca libertad de movimiento, economia de guerra, echo de menos la carretera, echo de menos el mar, echo de menos sonorizar los escenarios, escucharlo ahora mismo desde mi cama me resulta raro, soy consciente que tiendo a cambiar de profesión, quiero hacer otras cosas, no se cuales aun, pero algo me dice que vendrán otras cosas por hacer, pero siempre echaré de menos los kilómetros, los bombos, las cajas, los charles… Eso esta por llegar, aun queda mucho ruido que hacer.

Dentro de mi aislamiento forzado, llego la visita del Papa, desde mi reposo solo sentía, la intransigencia de los laicos, la incoherencia católica, la locura policial, antes de escribir he leído el blog, creía que mis ideas habían cambiado, pero no, mis ideas no han cambiado, cierto que no volví a Sol, y mucho menos pisar una tediosa asamblea, como decía en mi ultimo texto que iba a hacer, la espontaneidad de la primera semana se ha perdido para mi, se ha convertido en un movimiento dirigido, hay muchas cosas que no comparto con los colectivos que dirigen el llamado 15M, seguramente salga a la calle de vez en cuando, pues si hay cosas con las que estoy de acuerdo, creo que es positivo que existan voces discordantes y sigo pensando que se planto una semilla esos días, que esta creciendo con dificultad, pero esta plantada en el interior de cada uno.

Estos días de Su Santidad en Madrid, me han demostrado que es muy bonito mirar las barbas del vecino, pero muy poca gente mira las suyas, cada vez tengo mas claro que el cambio hacia un mundo mejor esta dentro de cada uno, no creo en DRY, no creo en Acampadaloquesea, creo en las personas, y en el corazon.

En vez de indignarme prefiero sonreír, la caída de la yegua me lo ha vuelto a mostrar, sonriendo a mi rodilla llego un abrazo sin decir nada, inmediatamente después llego Luís Cruz, tocando la guitarra de verdad, con rollo, con el corazón, como hay que hacer las cosas, ese es el problema que dejamos el corazón de lado muchas veces, abre tu corazón, sonríe y mima.

Abrázame y no me digas nada.