sábado, 30 de abril de 2011

Antiguos Rayos Encontrados

 Escupió en su mano y apago el ducados en ella, juntos contemplábamos un campo dorado de trigo, el tenia el pelo blanco escondido debajo de su boina negra, yo tenia el pelo rubio escondido debajo de una gorra con la visera de plástico, posiblemente con publicidad de  “Piensos Purina” , el tenia la piel curtida por el viento y por el sol, yo tenia una suave piel de niño de ciudad, el tenia la mirada de abuelo perdida en el campo, yo tenia la mirada de niño perdida en el campo y los dos disfrutamos de unos instantes de silencio acompañados por el vals de los trigales y el viento, que azotaban en nuestros rostros, que silenciaban nuestra mirada, que resonaban en nuestros oídos.

Sus manos fuertes y curtidas cogieron mis frágiles manos, no recuerdo sus palabras exactas pero recuerdo que ambos tocamos la tierra, respétala, cuídala, ámala, no hace falta recordar las palabras.

Regresábamos de la recogida de paja, encaramados en lo alto de la pila de alpacas del remolque del tractor, "sujétate bien fuerte a las cuerdas no te vayas a caer" y apretaba mis pequeñas manos en la cuerda como si la vida me fuese en ello, mientras disfrutaba del vaivén de la pila de alpacas acompasado por las baches del camino, arriba se veía todo de otra manera, se veía como en realidad es, pues no existían los miedos, no existía el pasado, no existía el futuro, te sentías capaz de todo, la esencia del ser de un niño en todo su esplendor.

Recogíamos leña juntos y me preparaba un atadillo en la espalda para llevar los troncos mas finos.

Las seis vacas tenían su propio nombre, recuerdo especialmente a Careta y a Morucha, la leche que bebíamos en casa siempre era de Careta pues daba la mejor leche, por supuesto ordeñada a mano, quien podría pensar que años mas tarde los lácteos me sentaran mal, ahora creo que los lácteos no son perjudiciales, es la “mala leche” porque las vacas no son cuidadas con amor y nos dan lo que les damos “mala leche”.

La mirada de una vaca no se olvida, igual que no se me olvida el cariño con el que eran tratadas, y como nos lo devolvían, me gustaba cambiarlas de prado, con la vara que me había preparado mi abuelo, cuando tuve la altura suficiente para abrir la portera alguna vez me tocaba llevarlas solo y chiscaba detrás de ellas como mi abuelo.

Grandes recuerdos atrapados de sencillez, naturaleza, amor, presente…

Gracias Abuelos  

miércoles, 6 de abril de 2011

Tres letras y tres pares de ojos


Tres letras han acelerado mi corazón.
- ¿Pero que te pasa? le pregunte,
-acaso no te estoy tratando bien, se que te he dado una semana complicada, pero perdóname porque tu bien sabes hacia donde voy, mejor que yo, lo se compañero, lo estamos haciendo bien, con tropiezos, pero nos estamos levantando cada vez, sabemos lo que hay que hacer, pero a veces nos cuesta realizarlo, quizás estemos cansados, pero sabemos lo que tenemos que hacer, y lo estamos haciendo!!!!!!


Me he encontrado con dos pares de ojos que hacia tiempo que no me encontraba, los primeros me han producido tristeza, por supuesto que ellos no tenían la culpa, pues las emociones son nuestras, no de nadie mas, no me han mirado como la ultima vez que me cruce con ellos, y me ha invadido la tristeza, es la primera vez que esos ojos me producen tristeza, y no ha sido por añorar nada pasado con ellos, ha sido porque esta vez no me han mirado y me gusta que me miren cuando me cruzo con ellos.


Otros ojos que hacia mucho tiempo que no me cruzaba con ellos, me han mirado, como me gusta que me miren los ojos, me han sonreído, me han saludado desde dentro, me han dado amor, mi mirada nublada por la tristeza, les ha mirado y se lo ha agradecido, gracias ojos claros bonitos.


En los terribles supermercados, focos de mi ansiedad transitoria, hoy se mezclaban la locura social, con la ignorancia, con la tristeza, con la desesperación, con los atisbos de humanidad.
He salido rápido de allí y montado en el coche, la sensación de locura social aumentaba con la circulación, y la tristeza apenas podía sacarme dos lagrimas, con lo bien que me hubiera venido una buena llantera, me cuesta llorar de hace mucho tiempo y es algo que no me gusta.


Cruzando el portal he conectado con esa tristeza, despertada inconscientemente por unos ojos, explorando dentro de mi, he encontrado el foco de la tristeza, que provenía del cansancio, del cansancio de caminar solo, el grueso de mi camino es en soledad, muchas veces por convicción, otras por condición.
He disfrutado mucho caminando solo, es mas muchas veces lo he buscado y lo buscare pues como se esta con uno mismo no se esta con nadie, pero caminar solo cansa y en el día de hoy incluso entristece.


En casa me he vuelto a encontrar con unos ojos en la distancia, unos ojos que me reconfortan, unos ojos que me quieren y unos ojos que me aconsejan como ningunos otros, de los pocos ojos que me hacen sentir que me devuelven lo que les doy yo a tantos ojos, han conseguido que llorara la tristeza, han conseguido que la explorara, han conseguido que se fuera y lo que es mejor que quedara la lección aprendida, gracias de nuevo mis queridos ojos bonitos valencianos.



Ahora me espera una reconfortante noche y mañana despertaremos como todos los días, con optimismo con ilusión, disfrutaremos del sol, de los ojos amorosos, de los saltos de Jane, de los buenos días a los vecinos y vecinas, y volveremos a pulir las emociones que se presenten redondeando las aristas de esa bonita piedra que hay dentro.


Gracias a todos los ojos protagonistas de hoy